En este Año Jubilar la Iglesia nos invita a ser peregrinos de la esperanza en nuestro mundo. En la Diócesis de la Santísima Concepción se ha inaugurado el Año Jubilar con una peregrinación, con la apertura de la Puerta Santa y la Celebración Eucarística en la Catedral el domingo 29 de diciembre del año 2024. La Iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de nuestra ciudad fue declarada Iglesia Jubilar el 24 de enero del corriente. Fueron realizadas, con la participación de todos los miembros del Decanato III, la peregrinación desde el Oratorio Sagrada Familia de la Gobernación hasta el templo parroquial, la apertura de la Puerta Santa y luego la celebración de la Santa Misa presidida por el entonces Monseñor Miguel Ángel Cabello Almada.
En este contexto la Virgen María, nuestra Madre del Perpetuo Socorro, Patrona de la ciudad de Pedro Juan Caballero y patrona del Departamento del Amambay, desde el año pasado, es signo de consuelo y esperanza para tantos rostros sufrientes que se encuentran en la desesperanza. El Novenario junto con la Fiesta Patronal en honor al Ícono de Amor, es un tiempo precioso y un espacio favorable de manifestación profunda de Fe y Piedad de nuestro pueblo.
La temática de nuestro Novenario gira en torno a la Esperanza. Las predicaciones y toda la Liturgia nos ayudará a purificar y anclar nuestras esperanzas humanas en Cristo nuestro Redentor. Somos llamados a renovar en Cristo la esperanza cristiana que se ha apagado de nuestros corazones ante las incertidumbres y la inestabilidad de la vida.
En tantas ocasiones y entre tantas voces la voz de Dios se vuelve inaudible por la confusión en el corazón y en consecuencia nos alejamos del Señor. En un momento de crisis en la comunidad de los Apóstoles, Jesús les preguntó si ellos también querían abandonarlo. El pasaje bíblico dice lo siguiente: “Jesús dijo entonces a los Doce: «¿Acaso también ustedes quieren irse? Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iríamos? Tus palabras dan vida eterna” (Jn 6,67). La expresión de Pedro de confianza absoluta en el Señor nos da la pauta que la voz de Dios ilumina nuestro mundo interior y la realidad en que vivimos y nos da la certeza de que sus palabras nos conducen hacia la verdad de nuestra existencia.
En otro pasaje bíblico, en el Evangelio de San Juan se nos habla de que Cristo nos da la plenitud de la vida. Dice lo siguiente: “Yo he venido para dar vida a los hombres y para que la tengan en abundancia” (Jn 10,10). La sed de plenitud de vida que hay en nuestro corazón si no es saciada con el agua viva que nos da Cristo en el Espíritu Santo, nos precipita hacia las aguas turbias estancadas que enferman el alma. En la Virgen María es reflejada cómo el agua viva dado por su Hijo ha colmado su sed de alegría y esperanza. En ella encontramos las virtudes que nos puedan ayudar a vivir nuestra condición humana en fidelidad al anhelo de nuestro corazón y al querer de Dios.
No desaprovechemos en este año la peregrinación que forma parte de los requisitos que la Iglesia pide para recibir las indulgencias. Se refiere a una dimensión espiritual que nos hace conscientes de que somos Pueblo de Dios que debemos caminar en un espíritu de sinodalidad. La Iglesia que peregrina en la historia, iluminada por las Sagradas Escrituras y por tantos testigos cualificados de la Fe, anuncia con amor y en la verdad el Evangelio de Cristo, esperanza para el desarrollo personal y social.
Deseo que en este año nuestra Madre del Perpetuo Socorro ruegue por nosotros para que renovemos la esperanza cristiana y nos comprometamos a ser portadores de esperanza en esos lugares en donde el clamor por la esperanza resuena muy potente: en los hospitales, en las cárceles y en las periferias de nuestras ciudades.
¡Feliz Fiesta de Nuestra Madre del Perpetuo Socorro!
Rev. P. Ronaldo Ocampos, Misionero Redentorista
Párroco