Cuando tu oras le hablas a Jesús. Cuando lees las Escrituras es Él quien te habla. (San Jerónimo)
Durante el mes de septiembre y año de la Oración, en la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socoro se han desarrollado algunos encuentros Bíblicos, organizado por el Consejo Pastoral Parroquial ,Pastoral de Liturgia y la Animación Bíblica de Pastoral , con la participación con los distintos grupos, movimiento, agentes de Pastorales y feligresía, como disertantes, que nos permitieron caminar juntos.
Con estos encuentros :
Encuentro 1: “Señor enséñanos a orar”
Disertantes Miembros del Consejo Pastoral y Liturgia
Fecha: 18-09-24
Encuentro 2: “ORAR ES HABLAR CON DIOS COMO UN AMIGO “
QUE ES LA ESPIRITUALIDAD BIBLICA?
Responsables: Animación Bíblica Pastoral de la Parroquia P. Socorro “
Fecha: 20/09/24
Local: Salón Parroquial
Encuentro 3 “ORAR INTERCEDIENDO POR OTROS“
RESPONSABLES: Renovación Carismática Católica
4- “ORAR JUNTOS PARA PEDIR EL ESPIRITU SANTO “
Responsables: Parejas Guías
Fecha: 25/09/24
Local: Salón Parroquial
Encuentro 5: “ORAR PIDIENDO LA MISERICORDIA DEL SEÑOR “
Responsables : CAMINO NEOCATECUMENAL “
Fecha: 27/09/24
Encuentro 6: “ORAR PARA NO CAER EN LA TENTACION”
Responsables: Ministros Extraordinario de la Sagrada Comunión.
Clausura : Celebración Eucarística
Fecha: 30/09/24
El Papa Francisco, ha lanzado oficialmente el Año de la oración, que tiene por Lema
“ SEÑOR , ENSEÑANOS A ORAR ”en preparación del Jubileo de 2025, animando a rezar para que ese Año Santo repercuta en toda la Iglesia, en la santidad de los cristianos, ese Jubileo dará frutos de gracia y de reconciliación. En ese contexto pidió centrar nuestra atención y reflexión sobre la oración, a eso van a ir enfocadas todas las actividades de estos 6 encuentros por el mes de la Biblia
Un tema sumamente importante e imprescindible en la vida de todo cristiano.
Como Discípulo de Cristo, estamos llamados a redescubrir el valor de la oración cotidiana en nuestras vidas.
El Papa Francisco nos anima a hablar abiertamente con Jesús, expresándole todas nuestras dificultades, siempre acompañada de una pequeña oración que salga del fondo de nuestro corazón: “Señor, soy un pecador, una pecadora, pero por favor no te alejes de mí.