El 13 de octubre de 2024, precisamente a las 07:00hs de la mañana arrancaba la Ultreya Nacional en el estadio municipal de la ciudad de Pedro Juan Caballero, donde acudieron más de 3.000 cursillistas de todo el territorio nacional, con una participación masiva de las 11 Diócesis del Paraguay. También acudieron a este evento algunos cursillistas del Brasil.
Una gran fiesta
se vivió en la terraza del país teniendo ya como una antesala a la Ultreya el
día sábado 12 de octubre en la Noche Decolores en la CADEM, un acontecimiento
donde los propios cursillistas de todo el Paraguay demostraban sus talentos en
bailes, cantos y alegorías para el disfrute de los más de 1.500 cursillistas
presentes en el lugar.
Ya el domingo 13 de octubre los cursillistas locales de la Diócesis de la Stma. Concepción estaban desde muy temprano esperando a cada delegación llegar al estadio municipal viviendo ya el recibimiento con mucha ilusión, entrega y espíritu de caridad. Fueron aproximadamente 400 cursillistas involucrados en la realización de esta Ultreya Nacional que por la gracia de Dios todo fue un éxito y se logró demostrar la otra cara de Pedro Juan Caballero. “Una ciudad que mucho más allá de ser solidaria también demostró ser muy acogedora”, fueron las palabras de los cursillistas de otras ciudades que asistieron al lugar.
Esta Ultreya tuvo como slogan “Cursillistas orantes, peregrinos de esperanza”, justamente el tema que nos propone este año nuestro Santo padre el Papa Francisco, nos invita a una profunda reflexión como cursillistas a revisar nuestra vida de oración, si realmente le damos vida a la oración. Y nuestro caminar, si ese peregrinaje está siendo hacia la santidad, donde la clave es el testimonio que puede dar esperanza a los hermanos en los distintos ambientes donde nos desenvolvemos.
La Ultreya tiene
dos finalidades, la primera es renovar nuestro encuentro con Cristo como
cristianos y como Cursillistas. La segunda es pasarla bien y recargar las
baterías para seguir trabajando en la viña del Señor. Al igual que aquellos
primeros cursillistas peregrinos a Santiago de Compostela, que se animaban unos
a otros a ir “más allá”, “siempre más
allá”. Que cuando las fuerzas se agotaban, digamos con entusiasmo “ULTREYA”.
Es un convite a fermentar nuestros ambientes, con nuevas estrategias que surjan de las nuevas generaciones, de los jóvenes, ya que como dijo el Papa Francisco “ellos pueden aportar a la Iglesia la belleza de la juventud cuando estimulan la capacidad de alegrarse con lo que comienza, de darse sin recompensa, de renovarse y de partir de nuevo para nuevas conquistas”.
Ya finalizando
la Ultreya con la Santa Misa se destacó la presencia de nada más y nada menos
que 17 sacerdotes que presidieron en conjunto la Misa a estadio lleno. Y no
podía faltar la presencia de Nuestra Madre María en su advocación del Perpetuo
Socorro, patrona de la ciudad, entrando en procesión.
El Asesor Nacional del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, Padre Gustavo, nos recordó a no ser “cursillistas sapo” que, al agarrar algún cargo, que no nos inflemos. De seguir siempre humildes en el anuncio del Evangelio. De estar en sintonía con nuestros pastores con humildad, fieles al carisma y confiados en el Señor para llegar al hombre de hoy, y mostrarles que es posible vivir en Iglesia como hermanos.
¡DECOLORES!